Últimamente hay una obsesión por parte de algunos profesores de sacar fotos a todas las actividades que hacen en el aula (benditos móviles con cámara). ¿A dónde van a parar esas fotos? A una carpeta en el ordenador de dicho profe para recordar tiempos pasados, a un CD que a final de curso se van pasando las familias o, en el mejor de los casos, a un blog de aula o cole.
Pero, ¿acaso no pueden ser esas fotos un modo perfecto de evaluación? ¿no es una observación? Esas fotos nos permiten fijarnos en aspectos en los que no reparamos durante la actividad.
Así que bravo por esos profes fotógrafos, pero, ¿qué hacer con esas fotos? Es aquí dónde entra la DOCUMENTACIÓN.
La documentación es, según palabras de Alfredo Hoyuelos (soy fans)"la recogida y exposición sistemática y estética [...] de los procesos educativos. No se trata sólo de plasmar lo acontecido, sino de construir -en diversos formatos- un producto público que dé cuenta narrada de lo vivido".
Pero, ¿para qué os voy a dar yo la murga con teoría si hay un par de artículos maravillosos en la revista AULA DE INFANTIL de Graó?:
Lo que me parece importante de la documentación es el hecho de que no debe ser sólo mostrara lo realizado en la actividad, hay que contar una historia, mostrar nuestras intenciones, los resultados (hasta los no deseados). No son fotos bonitas porque sí, tiene una intención. Debemos ser capaces de buscar más allá en las fotos (y quien dice fotos dice dibujos, esculturas,palabras...), darles un significado.
Otro aspecto importante es la estética. La forma en la que se hace la exposición de los materiales de documentación es también muy importante, nos ayuda a introducirnos en el mundo del aula, en el ambiente que se respira cuando se trabajan esos aspectos que queremos plasmar. En cada caso será diferente y dependerá de la creatividad del docente, pero os voy a dejar unos ejemplos (encontrados en mi adorado PINTEREST).
Y que ya hablé demasiado, no os culpo si no lo leéis (menudo testamento).
